En el 6to día de mi viaje, al llegar a Argentina vi mi nombre en todos lados: en paredes, murales, playeras, camisas, espaldas, pieles… ya he conocido otros Diegos, pero este aunque no esté presente, te lo topas en cada esquina de la ciudad.

Me pasó eso que sucede cuando ves muchas veces el mismo objeto o dices muchas veces la misma palabra: al repetirlo tantas veces poco a poco va perdiendo el sentido. Diego, Diego, Diego, DI, EGO, DI, E, GO, D, I, E, G, O... qué extraña secuencia de letras. Mi nombre, su nombre.

¿Qué rol juega el nombre que nos ponen? ¿Será realmente como decía Shakespeare: que la rosa huele igual de rico, aunque la llamemos por otro nombre? Ahora dudo de mi propia libertad.

El proceso de nombrar las cosas y darles sentido es parte de la comunicación humana y se basa en convenciones sociales y culturales. A lo largo de la historia, las personas han utilizado diferentes métodos para nombrar las cosas, como la imitación de sonidos naturales, la asociación con características físicas o la elección arbitraria de símbolos.

En general, las palabras que usamos para nombrar las cosas se basan en el acuerdo común entre las personas que hablan el mismo idioma.

Más allá de estos delirios intelectuales sobre mi nombre, creo que funciona igual con nuestra memoria. Usamos las experiencias pasadas como métrica para darle sentido a las presentes y futuras.

Mis recuerdos están llenos de represiones y omisiones selectivas que además se reeditan con el tiempo.

La forma en que recordamos y damos sentido a los eventos pasados puede estar influenciada por muchos factores, como nuestras emociones, creencias, expectativas y perspectivas.

Por lo tanto, nuestra idea de nosotros mismos construida a través de estas experiencias pasadas no es una verdad absoluta, sino una versión subjetiva de la realidad.

¿Quién soy yo sin esa idea de mí construida con los actos que recuerdo, de la manera como los recuerdo?

Haz memoria y cuéntame tu último viaje ó la última vez que hiciste algo por primera vez.

Escríbelo en los comentarios y cuestiónate ¿es lo mismo que recordaste la última vez que pensaste en ello? ¿Agregaste detalles o los omitiste? ¿Por qué habrás recordado eso?

Te leo:

Diego Ruzzarin